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Es probable que en los últimos tiempos hayas escuchado hablar de la Cultura Woke, un movimiento que se encendió para oponerse a a desigualdad y la injusticia, en la búsqueda de reivindicar a los grupos sociales oprimidos a lo largo de la historia.
Pensando en la importancia de los postulados de la Cultura Woke para las transformaciones sociales y el bien común, hoy queremos profundizar en qué es la cultura Woke y cuál es su impacto en la sociedad.
¿Qué es la cultura Woke?
La cultura “woke” es un término que se ha popularizado en los últimos años y se refiere a un enfoque social y político que busca crear conciencia sobre las desigualdades sistémicas y las injusticias sociales, particularmente en relación con la raza, el género, la sexualidad y otros aspectos de la identidad. El término “woke” se deriva del inglés y se usa para describir a alguien que está despierto o consciente de las realidades sociales y políticas.

La cultura “woke” se centra en cuestionar y desafiar las normas sociales y las estructuras de poder que perpetúan la discriminación y la opresión. Aboga por la igualdad y la justicia social, y busca crear cambios significativos en la sociedad a través de la educación, la participación política, el activismo y la sensibilización pública.
Historia del término Woke
La expresión “stay woke” (mantente despierto) surgió en Estados Unidos en los años 1930. Originada en el inglés afroamericano vernáculo, “woke” se refería a tener conciencia de los problemas sociales y políticos que afectan a los afroamericanos, como el racismo y la discriminación. A lo largo del tiempo, esta expresión se ha utilizado en diferentes contextos, incluyendo canciones de artistas como Leadbelly y Erykah Badu.
Tras el asesinato de Michael Brown en Ferguson, Misuri, en 2014, activistas del movimiento Black Lives Matter (BLM) popularizaron la frase para crear conciencia sobre los tiroteos policiales contra afroamericanos. “Stay woke” se extendió en la comunidad de Black Twitter y se convirtió en un meme de Internet, siendo utilizado por personas no afroamericanas para mostrar su apoyo a Black Lives Matter. El término se asoció con la generación Y y se hizo popular a nivel internacional, llegando a ser incluido en el Oxford English Dictionary en 2017.
Con el paso del tiempo, la expresión “Woke” se empezó a acuñar en otros escenarios de lucha, y es por esto que se transforma en un tema de discusión, puesto que para algunos es sinónimo de reivindicación y justicia social, pero para otros es un término que se usa de modo despectivo, de hecho el mismo Oxford English Dictionary, hace la distinción:
“Esta palabra a menudo se usa con desaprobación por parte de personas que piensan que otras personas se molestan con demasiada facilidad por estos temas, o hablan demasiado sobre ellos de una manera que no cambia nada”
Oxford English Dictionary

De este modo, la Cultura Woke se transformó en un punto de debate, y aunque todo es político, lo Woke se convierte en una de las discusiones políticas más importantes en torno al liberalismo.
Polémica en torno a la Cultura Woke
En los últimos años, la cultura Woke ha generado un debate importante a nivel político y cultural en diversas sociedades. Este movimiento, que se caracteriza por su compromiso con la justicia social y la igualdad, ha despertado tanto apoyo como oposición debido a sus prácticas, como la cancelación.
Es importante reconocer que el término “Woke” se deriva de la expresión afroamericana “stay woke” (mantente despierto), que originalmente surgió como una llamada a la acción contra la injusticia racial. Sin embargo, con el tiempo, el alcance del término se ha ampliado y abarca una variedad de cuestiones sociales y políticas, incluyendo género, sexualidad, medio ambiente y más.
Aunque muchos defienden los principios fundamentales de la cultura Woke, como la lucha por la igualdad y la justicia, hay quienes se oponen firmemente a ella. La oposición a menudo argumenta que el movimiento Woke ha ido demasiado lejos, convirtiéndose en una forma de extremismo y limitando la libertad de expresión.
Una de las prácticas que ha generado mayor controversia es la cancelación. Esta consiste en retirar el apoyo o boicotear a una persona, empresa o institución debido a acciones o declaraciones consideradas ofensivas o problemáticas desde una perspectiva Woke. La cancelación puede implicar el ostracismo social, la pérdida de oportunidades profesionales o incluso el despido de empleos.

Los críticos argumentan que la cancelación promueve un ambiente de censura y miedo, donde las personas se autocensuran por temor a las repercusiones de expresar opiniones divergentes. Se sostiene que esto socava el principio de libertad de expresión, que es fundamental en una sociedad democrática. Además, algunos argumentan que la cancelación puede ser excesiva, sin dejar espacio para el diálogo constructivo, el aprendizaje y la reconciliación.
Por otro lado, los defensores del movimiento Woke argumentan que la cancelación es una herramienta legítima para responsabilizar a aquellos que perpetúan discursos o acciones dañinas. Consideran que la cancelación es una forma de protesta pacífica y una manera de mostrar solidaridad con las víctimas de la opresión y la discriminación. Además, afirman que la cancelación puede impulsar cambios positivos al señalar y cuestionar las estructuras y actitudes arraigadas en la sociedad.
En última instancia, el debate en torno a la cultura Woke y la cancelación es complejo y apasionado. A medida que las sociedades evolucionan y se enfrentan a desafíos sociales, políticos y culturales, es fundamental mantener un diálogo abierto y respetuoso para encontrar un equilibrio entre la justicia social y la libertad de expresión. Solo a través del entendimiento mutuo y el respeto podemos avanzar hacia sociedades más inclusivas y equitativas.
En cierta medida, se puede considerar una crítica interna hacia la cultura Woke, advirtiendo sobre los posibles excesos al vigilar la vida privada de las personas y lo que hacen. Estos excesos podrían convertirse en una invasión y, por lo tanto, es necesario estar alerta ante estas transgresiones a la libertad y a las cosas que ocurren en el ámbito privado. En este sentido, existe la posibilidad de que la cultura Woke se vuelva en contra de sí misma.
En cuanto a estar alerta o despierto ante todas las injusticias sociales, creo que es apropiado hacerlo, pero no significa politizar cada aspecto de la vida. No es conveniente hacer una interpretación política de situaciones que resultan poco trascendentales. Es necesario que existan espacios en la sociedad que estén libres de politización para mantener una sociedad saludable.
¿Cuáles son los pro de la Cultura Woke?
A continuación, vamos a explorar los aspectos positivos de la cultura Woke, reconociendo la importancia de los movimientos de reivindicación en nuestra sociedad. A lo largo de la historia, diversos grupos minoritarios han sido vulnerados por aquellos que ostentan el poder establecido o hegemónico. En este contexto, la cultura Woke ha surgido como una respuesta significativa y necesaria para abordar estas desigualdades y luchar por la justicia social.

Uno de los principales aspectos positivos de la cultura Woke es su capacidad para dar visibilidad y voz a aquellos que históricamente han sido marginados o ignorados. A través de su enfoque en la diversidad, la inclusión y la igualdad, la cultura Woke busca corregir las injusticias arraigadas en nuestras estructuras sociales, políticas y culturales. Reconoce la importancia de reconocer y valorar las experiencias y perspectivas de los grupos minoritarios, y busca generar un cambio hacia una sociedad más equitativa.
Además, la cultura Woke ha sido fundamental para promover la conciencia social y despertar una mayor empatía y comprensión hacia las realidades y luchas de los grupos minoritarios. Al fomentar la educación y la sensibilización sobre temas como el racismo, el sexismo, la homofobia, la transfobia y otros tipos de discriminación, se ha logrado generar un diálogo más inclusivo y constructivo en torno a estas problemáticas. Esto ha contribuido a impulsar cambios positivos en las actitudes y en las políticas públicas.
Asimismo, la cultura Woke ha desafiado los discursos y prácticas dominantes que perpetúan la opresión y el privilegio. Al cuestionar y deconstruir los sistemas de poder establecidos, ha logrado generar una mayor conciencia crítica y una llamada a la acción para transformar las estructuras sociales y lograr una sociedad más justa y equitativa para todos.
Es importante reconocer que los movimientos de reivindicación, como la cultura Woke, son esenciales para abordar las desigualdades y trabajar hacia un mundo más inclusivo. Estos movimientos nos recuerdan que todos debemos ser responsables de reconocer y luchar contra las injusticias, y que la igualdad y la justicia social son metas que debemos perseguir en conjunto. Al escuchar y aprender de las voces de los grupos minoritarios, podemos construir una sociedad más justa y respetuosa para todos sus miembros.
Relaciones entre establecidos y marginados
Norbert Elías, un sociólogo y filósofo alemán, desarrolló la teoría de los “outsider” (marginados) y los “establecidos” como una forma de entender las dinámicas sociales y las relaciones de poder en las sociedades modernas. Según su enfoque, los individuos se ubican en diferentes posiciones dentro de la estructura social y experimentan distintos niveles de inclusión o exclusión.

Los “outsider” o marginados se refieren a aquellos individuos o grupos que están en los márgenes de la sociedad, que no forman parte del grupo establecido o dominante. Estos individuos pueden ser excluidos debido a su origen étnico, religión, orientación sexual, discapacidad o cualquier otro factor que los sitúe fuera de las normas y valores predominantes de la sociedad. Los marginados pueden enfrentar estigmatización, discriminación y desventajas en términos de acceso a recursos y oportunidades.
Por otro lado, los “establecidos” son aquellos individuos o grupos que ocupan posiciones privilegiadas dentro de la estructura social. Estos individuos se ajustan a las normas y valores establecidos y se benefician de las ventajas y privilegios que ofrece la sociedad. Los establecidos suelen tener acceso a recursos, poder y estatus social, lo que les permite mantener su posición dominante y perpetuar las desigualdades existentes.
La teoría de Elías sugiere que las relaciones entre los “outsider” y los “establecidos” son dinámicas y están sujetas a cambios históricos y culturales. A medida que las sociedades evolucionan, pueden producirse transformaciones en las jerarquías sociales y en las formas de exclusión e inclusión. Por ejemplo, a lo largo de la historia, ciertos grupos marginados han logrado ganar visibilidad y derechos a través de movimientos de reivindicación y luchas por la igualdad.
Esta teoría nos ayuda a comprender cómo las relaciones de poder y las dinámicas sociales afectan la vida de las personas en una sociedad determinada. Nos invita a reflexionar sobre las desigualdades y las injusticias que surgen de estas dinámicas y cómo podemos trabajar hacia una sociedad más equitativa, donde los “outsider” no sean excluidos ni marginados, y donde los privilegios de los “establecidos” sean cuestionados y redistribuidos en busca de una mayor justicia social.
Teniendo en cuenta lo anterior, nos pareció interesante compartir este postulado teórico de Norbert Elías en donde se evidencia la necesidad de debates como los que propone la Cultura Woke para la evolución de la sociedad.

En conclusión, es crucial reconocer que la salud mental no existe en un vacío aislado, sino que está intrínsecamente ligada a cuestiones culturales y sociales más amplias. La cultura Woke, al abordar la reivindicación de grupos marginados y desafiar las estructuras hegemónicas, desempeña un papel relevante en este contexto. Al poner sobre la mesa temas como la inclusión, la justicia social y la igualdad, se contribuye a crear un entorno más saludable y equitativo para todos.
La cultura Woke no solo tiene como objetivo crear conciencia sobre las desigualdades y luchar por la justicia social, sino también fomentar un cambio cultural que promueva la aceptación y la valoración de la diversidad. Reconocer y validar las experiencias de aquellos que han sido históricamente marginados fortalece la salud mental individual y colectiva al proporcionar un sentido de pertenencia y empoderamiento. Al hacer frente a los aspectos culturales y sociales que afectan la salud mental, nos acercamos a una sociedad más inclusiva y solidaria, donde todos tienen la oportunidad de prosperar y vivir una vida plena y auténtica.
Referencias bibliográficas
Cívico, J. G. (2023). Cultura de la cancelación, movimiento «woke»,«tokenismo» y nueva sensibilidad: un análisis desde la filosofía jurídica, moral y política. Cuadernos Electrónicos de Filosofía del Derecho, (48), 140-80.
Norbert, E. (2015). Establecidos y marginados: Una investigación sociológica sobre problemas comunitarios. Fondo de Cultura Económica.
Sierra, J. R. (2022). La cultura de la cancelación o la tiranía de la censura. Revista Filosofía UIS, 21(2), 11-18.
Fecha de actualización: (12 de Julio 2023 KA)