El Inconsciente
Ahora bien, lo ICC, seria una gran antecámara, en la que se acumulan las tendencias psíquicas. Ésta antecámara, tendría a la par otra mas reducida en la que habita la conciencia y ante la puerta de comunicación entre ambas instancias hay un centinela que inspecciona todas y cada una de las tendencias psíquicas, imponiéndoles, o no, una censura, e impidiendo o no, que penetren las que le caerían en desagrado.
De igual forma, cabe señalar que las tendencias que se encuentran en la antecámara reservada a lo ICC, escapan a la vista de la conciencia, la cual se encuentra recluida en la habitación continua, y por tanto tiene que –en principio- permanecer inconsciente. De esta manera, si luego de haber penetrado en el umbral son rechazadas por el vigilante, serán incapaces de devenir conscientes, por lo que se les calificará de reprimidas.
Asimismo, tampoco aquellas a las que el vigilante habría permitido franquear el umbral se han hecho por esto conscientes, pues esto no podría suceder más que en casos en que hayan conseguido atraer sobre si la mirada de la conciencia. De ésta manera, Freud llama a esta segunda habitación lo pre-consciente (PCc). De esta forma, la percatación es puramente descriptiva.
Por último, se puede decir que la esencia de la represión consiste en un obstáculo infranqueable que el centinela opone al paso de una tendencia dada, de lo inconsciente a lo pre-consciente. Siendo el mismo centinela el que se muestra en forma de resistencia cuando intentamos poner fin por medio del análisis.