La censura, según Sigmund Freud, es una función psíquica, cuyo modo de funcionamiento es impedir el acceso a la consciencia de toda la información que se encuentra condensada en el inconsciente.
La información que es reprimida por la censura, suelen ser los deseos y sus formaciones sustitutas, aunque existen otros contenidos que también son proclives a ser detenidos por este mecanismo.
La censura suele ser una de las piedras en el zapato durante el proceso del psicoanálisis, y por esto, hoy queremos profundizar un poco en torno al tema.
La Censura
La censura es una especie de centinela entre el inconsciente y el pre-consciente, se puede definir como tipos de barreras o filtros, que evitan que emerjan a la superficie ciertos contenidos de lo inconsciente de un individuo. En la base de los saberes psicoanalíticos, aparece la censura como un elemento importante dentro de las teorías sobre la constitución del aparato psíquico.

Las primeras concepciones sobre la neurosis, la teoría de los sueños, el estudio de los olvidos, de los actos fallidos, etc, llevaron a Freud hacia la convicción de que en el psiquismo humano actuaban 3 sistemas distintos, o que había 3 niveles de profundidad diferentes.
- El conciente
- El preconciente
- El inconsciente
Lo inconsciente sería como una gran cámara en la que se acumulan todas las tendencias psíquicas. Hay otro gran salón, al que llamamos la conciencia, y entre ambos salones hay un centinela que permite o no el paso de lo inconsciente a lo consciente. Ese centinela es la censura.
El centinela colocado entre lo inconsciente (ICc) y lo pre-consciente (PCc) se define como la censura.
Siendo así, una personificación de la censura (bajo el dominio del sistema Icc), los materiales PCc sufrirán de una elaboración constituida por una condensación y un desplazamiento como mecanismos de defensa.

El término inconsciente se utiliza como adjetivo para calificar el conjunto de comportamientos que un sujeto desarrolla inadvertidamente, es decir, sin darse cuenta.
Todas las tendencias humanas son vividas por el inconsciente en tiempo actual, incluso cuando se refieren al pasado o al futuro.
En 1923 y ha medida que avanza el psicoanálisis y viendo que esta forma de imaginar el aparato psíquico no llegaba a explicar todo lo nuevo que iba apareciendo, decide re-formular sus conceptos. Por eso crea un nuevo soporte teórico que si bien no anula el anterior lo enriquece y lo modifica.
Ahora para Freud el aparato psíquico se divide en tres instancias:
- El ello: De acuerdo con Freud, el Ello es la instancia más primitiva del aparato psíquico, este sería la expresión psíquica de las pulsiones y deseos. Normalmente entra en conflicto con el yo y el superyó, Freud planteaba además, que el ello es el “núcleo de nuestro ser”, que no está en contacto con el mundo exterior, y no podría manifestarse en él sin la existencia del yo. En el ello operan las dos pulsiones fundamentales: Eros y Thanatos, pulsiones que tienen como meta fundamental alcanzar la satisfacción. Sin embargo, si se da rienda suelta a estas pulsiones lo que estaría en juego sería la supervivencia del individuo. El ello se rige por el principio de placer, mientras el yo y el superyó, se encargan de limitar las pulsiones.
- El yo: Esta instancia psíquica se erige como mediadora entre el ello y el superyó. Esto significa que, busca conciliar las instancias normativas y dictatoriales propias del superyó, con las demandas del ello por la satisfacción de sus deseos inconscientes. Su función fundamental es tratar de alcanzar la mayor cantidad de placer posible, dentro de las normas que la realidad impone. El yo se encarga de la defensa, los movimientos voluntarios, la autoconservación, la evitación, el dominio y la gestión de los estímulos que provienen del exterior. De acuerdo con Freud, el yo es la instancia psíquica que conocemos mejor que el ello, por medio de la cual nos discernimos a nosotros mismos. Para diferenciar, podría decir que mientras el ello busca el placer, el yo se encarga de buscar la seguridad.

- El superyó: Esta instancia psíquica es una instancia moral, es decir que en cierta medida, está determinada por la cultura, y es la encargada de enjuiciar la vida del yo. El superyó consiste en la internalización de las normas, las reglas parentales y las prohibiciones, como resultado de la resolución del complejo de Edipo. La función primordial del superó es contrarrestar el ello, a través de los postulados recibidos de la cultura. Se configura a partir de la consciencia moral y el ideal del yo. La consciencia moral viene hacer la capacidad de autoobservación, crítica y reproche, y el ideal del yo, tiene que ver con una imagen idealizada por el yo, a partir de conductas premiadas.
Para comprender el mecanismo de censura, es necesario explorar estos conceptos fundamentales de la obra de Freud, con el fin de comprender cuál es la información que es censurada o dónde se aloja.
Es importante todo lo anterior, porque el concepto de censura aparece en la primera tópica de Freud, en donde se planteaban dos instancias de censura: Una entre el inconsciente y el preconsciente, y la segunda ubicada entre el preconsciente y el sistema consciente. Estos conceptos cambian ya para la segunda tópica de Freud, cuando se formula la teoría del ello, el yo y el superyo, y ya el mecanismo es denominado como defensa.
Desde esta línea de sentido, se crea toda una teoría en torno a los mecanismos de defensa desde la obra de Freud, en donde podemos encontrar: la represión, la negación, la renegación o forclusión, la proyección, la introyección, la vuelta hacia la persona, la conversión, la transferencia, la regresión, la transformación en lo contrario, la intelectualización o racionalización y la sublimación.
Todos estos mecanismos de defensa, tienen como fin último controlar la angustia generada por representaciones que resultan insoportables para el yo.
En términos generales, la censura para Freud era el mecanismo por el cual, el yo se protegía del malestar psíquico a través de la represión de ciertos contenidos que de todos modos quedaban latentes en el inconsciente.
Referencias bibliográficas:
Elizalde, P. G. (1994). Freud y la censura a dos voces. Debate Feminista, 9, 359-365.
Freud, S. (1912). Consejos al médico en el tratamiento psicoanalítico (Vol. 1861). NoBooks Editorial.
Freud, S. (1985). Obras completas v. 14: contribución a la historia del movimiento psicoanalítico: trabajos sobre metapsicología y otras obras: 1914-1916. Amorrortu.
Lacan, J. (1987). Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis. Bs. As.
Wikipedia (2023) Ello, yo y superyo.