Hablar de los inicios de la hipnosis en el psicoanálisis, es necesariamente hablar de Sigmund Freud, el padre del psicoanálisis que debido a su interés en el tema, probó el método, finalmente terminó por descartarlo debido a que podía confundir al paciente en diversas áreas de su vida, impidiendo llegar al tratamiento de los síntomas con efectividad.
Aunque la hipnosis en el psicoanálisis tuve sus inicios a principios del siglo XX, en la actualidad se sigue usando en otros entornos, y aunque muchas personas hablan de su efectividad, aludiendo que el mismo Freud lo probó, es importante recalcar que el psicoanalista más famoso de todos los tiempos desestima su uso como herramienta terapéutica.
Los inicios de la Hipnosis en el Psicoanálisis
Los inicios de la Hipnosis en el Psicoanálisis: Freud siendo un estudiante de Medicina asiste a una demostración del método hipnótico y viendo que uno de los sujetos adquiría una “palidez mortal, como si hubiera caído en un estado de catalepsia”, llegó al convencimiento de que los fenómenos de hipnosis eran auténticos.

A lo largo de diez años, Freud se dedicó a profundizar en el mundo de la hipnosis y la usó con algunos de sus pacientes, lo que se puede sustentar en numerosas cartas, artículos e informes donde anotaba cuidadosamente sus hallazgos. Es por esto que cuando se habla de la hipnosis en el psicoanálisis, las personas siempre se remiten a los textos en los que el padre del psicoanálisis hablaba de la técnica.
Freud inició sus estudios sobre la hipnosis con Charcot y luego profundizó más sobre el tema con Bernheim (representantes de las escuelas de la Salpêtrière y de Nancy), lo que quiere decir que accedió al tema a través de los exponentes con más prestigio para su época. Luego de investigar muy bien el tema, Freud usó la hipnosis como método terapéutico durante sus primeros años de profesión.
Después de realizar diversos experimentos, Freud escribió un artículo en el que decía que cualquier enfermo podía tratarse con la técnica de hipnosis, siempre y cuando lo hiciera con una persona especializada en el área y digna de confianza. Esto lo hacía, teniendo en cuenta que gracias al apogeo de la hipnosis muchas personas generaban mitos alrededor del tema, a lo que Sigmund respondía, que alrededor del 80% de las personas eran capaces de entrar a estados de hipnosis profundas, que podían abrir caminos para su curación.
Una palabra clave para el estado de hipnosis era docilidad, teniendo en cuenta que Freud planteaba que alcanzar ese estado dependía más del paciente que del terapeuta, teniendo en cuenta que el proceso solo sería efectivo, si el hipnotizado tenía la voluntad de sumergirse en la experiencia.
Un dato curioso es que en uno de los artículos creados por Freud, se pueden encontrar algunas técnicas del paso a paso de como llevar a los pacientes a un estado hipnótico, haciendo la salvedad de que la hipnosis es tan compleja y requiere una experticia determinada, y procesos de entrenamiento, como cualquier otro procedimiento médico.
Una de las afirmaciones más interesantes de Freud en torno a la hipnosis, es que su potencial de curación “reside siempre en la sugestión” que la define como el acto de “negar enérgicamente los males de los que se queja el paciente”.
Hipnosis para el tratamiento de la histeria
Freud incursiona en el mundo de la hipnosis, buscando nuevas técnicas y medios que le permitieran encontrar la cura para sus pacientes histéricos o nerviosos. La atracción que sintió por el método hipnótico, radicaba precisamente en que tenía el potencial de llegar a los procesos del inconsciente, en donde se alojaban las raíces de muchos de los síntomas psicológicos de sus pacientes.

Uno de los casos de Freud en el que explica el tema de la hipnosis, era el caso de una “histérica ocasional” quien, después de parto de cada uno de sus tres hijos, no era capaz de alimentar a los bebés. Lo interesante del asunto es que después de pasar por la evaluación de varios médicos, el problema solo se pudo solucionar a través de varias sesiones de hipnosis. Es gracias a este tipo de casos, que el tema de la hipnosis en el psicoanálisis sigue siendo un tema atractivo para los amantes de la materia.
Con respecto al caso, la mujer le decía a Freud:
“Me daba vergüenza ver que una cosa como la hipnosis obtenía resultados allá donde mi fuerza de voluntad se mostraba impotente”.
Freud abandona la hipnosis en el psicoanálisis
Aunque casos como estos podían ayudar a consolidar la práctica, Freud abandonó el método de la hipnosis, desarrollando mejor el de la catarsis, y luego el de la asociación libre con las que fundamentó el psicoanálisis. De este modo se puede afirmar que la hipnosis en el psicoanálisis hacer parte de los inicios de los experimentos psicoanalíticos de Freud, pero no se constituye como una de las técnicas psicoanalistas avaladas.
Freud se aparta de la hipnosis principalmente, debido a que los recuerdos ocasionaban grandes dificultades en el tratamiento hipnótico; así, el paciente transfería una situación anterior que se parecía confundir con la actual; comunicando los procesos psíquicos a estas correspondientes, en cuanto los mismos habían permanecido anormales; pero añadía además todo lo que podía resultar de la traducción de lo consciente, de los procesos inconscientes.

Freud abandonó el uso de la hipnosis como procedimiento catártico, para reemplazarlo por la investigación del curso espontáneo de pensamientos del paciente —llamado asociación libre—, como método idóneo para comprender los procesos mentales inconscientes que están en la raíz de los trastornos neuróticos.
En sus observaciones clínicas, Freud halló evidencias de los mecanismos mentales de la represión y la resistencia, describiendo la primera como un mecanismo inconsciente que hace inaccesible a la mente consciente el recuerdo de hechos dolorosos o traumáticos; y la segunda como la defensa inconsciente contra la accesibilidad a la consciencia de las experiencias reprimidas, para evitar la ansiedad que de ella se deriva.
El uso de la hipnosis en el psicoanálisis, tenía que ver con el hecho de que se creía que la abreacción de ciertos recuerdos traumáticos en el trance propiciado por la hipnosis, tenía el potencial de llegar a aliviar la histeria. Con respecto a esto, Breuer planteaba que la histeria era originada por recuerdos olvidados, y de este modo, la hipnosis podía hacerlos emerger en la consciencia, generando un shock, seguido de una descarga emocional, y esto es lo que conocemos como catarsis.
No obstante Freud, después de asegurar que la hipnosis permitía al inconsciente, como mencionamos anteriormente, decidió pasar de la regresión hipnótica, a la evocación en estado de vigilia de los recuerdos, usando la palabra en asociación libre, teniendo en cuenta que esto además de ser un proceso liberador del inconsciente, le permitía al paciente comprender sus recuerdos y significados desde un estado de consciencia, y de este modo la hipnosis en el psicoanálisis empiezan a separarse, para dar pie a lo que conocemos como método psicoanalítico.
Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos decir que en cuanto a la hipnosis en el psicoanálisis, la práctica de la hipnosis, y mayormente la regresión, le posibilitaron a Freud hacer el descubrimiento del psicoanálisis. De esto podemos deducir que, la regresión hipnótica de Breuer, evolucionó de la mano de Freud, hacia lo que conocemos como asociación libre sin la necesidad de incluir un trance, y de allí se fue transformando a lo que hoy por hoy conocemos como psicoanálisis.

Ligado a lo anterior, Chauchard (1971, p. 21) planteaba que la gran diferencia entre psicoanálisis e hipnosis, es que “con el psicoanálisis se explora el inconsciente evocándolo; por el contrario, con el hipnotismo se le evoca sumiendo al sujeto en una inconsciencia relativa”.
En el caso del psicoanálisis contemporáneo, en cuanto al tema de la hipnosis en el psicoanálisis, se plantea que la hipnosis, es un estado modificado de conciencia generado por el proceso de sugestión orquestado por el hipnotizador, y esto implica que sea una regresión infantil provocada que pone al sujeto en situación de transferencia.
Esto se sustenta en postulados como los de Hawkins quien planteaba que:
“La teoría psicoanalítica sugiere que la hipnosis es un estado de regresión parcial. La hipnosis causa una regresión en el proceso de pensamiento hacia una etapa más infantil donde las fantasías y las alucinaciones durante la hipnosis son indicaciones de un modo primitivo de pensar no censurado por niveles superiores de control” (Hawkins, 1998, p. 16).
Lo anterior significa que desde el punto de vista psicoanalítico, quien analiza pasa a simbolizarse como ese personaje que ejerce como Padre Todopoderoso, generando lo que se conoce como hipnosis imperativa, o retratando a la madre comprensiva lo que deriva en una hipnosis permisiva. No obstante, sin importar cuál sea el caso, la regresión en la que se sustenta la hipnosis en el psicoanálisis, presupone un estado de identificación que implica directamente una dependencia infantilizada, y es por esto que fue cayendo en desuso.

Son muchas las hipótesis sobre porqué Freud abandonó la hipnosis en el psicoanálisis. Incluso algunas personas dice que en algún artículo o informe planteó que no era un buen hipnotizador. Sin embargo es algo difícil de creer, teniendo en cuenta que Freud tenía una tendencia a crear frases con “negaciones relativas” tales como: “lamentablemente no podemos dedicar aquí el tiempo necesario a este problema, pero…”. Es por esto que es muy difícil de creer que la misma persona que crea todo un método partiendo de los experimentos realizados a través de la hipnosis haya sido un mal hipnotizador.
Referencias bibliográficas:
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Fecha de actualización: (09 de Febrero 2023 KA)