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La ludopatía en Costa Rica, puede considerarse como una problemática social, desde el sentido en que son muchas personas las que se vuelven adictas a los juegos poniendo en riesgo su estabilidad e incluso la pérdida de todas las cosas que tiene y quiere.
Esta, como cualquier otra adicción, puede convertirse en un patrón obsesivo para la persona, y es por esto que a nuestros consultorios con psicólogos en Costa Rica, llegan muchas personas tratando de superar la ludopatía.
Sobre la Ludopatía
-No quisiera perderlo todo-
A continuación vamos a hacer un análisis de la ludopatía en Costa Rica, desde una perspectiva psicoanalítica, con el fin de profundizar en el tema y en sus consideraciones.

El juego existe desde siempre y ha servido para facilitar la sociabilidad entre los seres humanos. A los niños les sirve como parte del desarrollo, puesto que a través del juego, aprenden a expresarse y a elaborar situaciones.
Aunque el juego sea importante para la socialización y el conocimiento del mundo, esta afirmación es todo lo contrario a lo que significa el juego para el Ludópata, teniendo en cuenta que jugar para ellos se convierte en una dependencia y en un camino de ruina y destrucción en el que va alejando de su vida a su familia, amigos y trabajo.
El Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, define la Ludopatía como: “Adicción patológica a los juegos electrónicos o de azar”. Es así como el ludópata empieza a jugar, y a apostar de modo compulsivo, sin importar el resultado, haciendo de la ludopatía una actividad que sigue apareciendo en el panorama, sin importar la voluntad que tenga el sujeto de alejarse del problema.
Pero ¿por qué vuelven a aparecer las compulsiones a repetir la situación de juego sin elaborar ni resolver nada? La respuesta es muy simple: para escapar, escapar de las emociones negativas, de la realidad, para construir una propia, para permanecer en ese “otro escenario” que tanto menciona Freud , inconsciente, en el que su recuerdo y sus experiencias inscritas en su memoria son de satisfacción.
El ser humano nunca abandona esos lugares donde fue feliz, por eso prolonga la actividad lúdica infantil y la convierte en fantasía. Jugar y fantasear son dos actividades constitutivas del sujeto, sin embargo, hay personas que en sus fantasías tienen presente la realidad y componen una canción, escriben un poema o pintan un cuadro, pero hay otras que por su naturaleza retiran todo su interés del mundo exterior y se recluyen únicamente en la fantasía.

Evadirse a un mundo de fantasía, puede implicar que el sujeto se sienta superado por una realidad que no le satisface y prefiere vivir desde una idealización que le permite escapar de lo que le atormenta, o que le da la ilusión de poder llegar a construir una realidad que sea equiparable a su mundo fantástico.
El tema de estudio, se presta para ejemplificar esto, teniendo en cuenta que, como ocurre en los trastornos neuróticos: el juego patológico o ludopatía, tiene su raíz en un hecho paradójico en donde el sujeto no juega para ganar sino para perder, esto se sustenta en que el juego no termina hasta que han perdido.
Hacia la raíz de la ludopatía desde el psicoanálisis
El primer amor de todo ser humano es su madre, todos los niños toman como primer objeto a la madre, que es percibida desde la indefensión del bebé como un todo, capaz de cubrir cualquier necesidad.
No es sino hasta la llegada de un tercero, que el niño sufre la decepción de ver que hay otros en el mundo, que su madre ya no solo lo desea a él, y es por medio de esta decepción, por la que ingresamos plenamente al mundo.

Cuando el niño le quita a la madre esa grandiosidad que él mismo atribuyó, se transforma en un ser normal, es decir, mortal. Y para seguir gozando de la relación con esa madre, la reprime y la hace inconsciente.
La pérdida de ese amor hace que nos constituyamos como sujetos psíquicos y toda pérdida implica siempre una ganancia, el niño se ve obligado a renunciar al padre o a la madre como objetos de amor y a cambio gana el mundo.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que ante lo nuevo siempre hay angustia, y en el caso de los ludópatas, es en el juego donde sienten que se calma esa angustia que experimenta en otras situaciones. Es un mundo aparente en donde no hay problemas aparentes y todo es placer y satisfacción. Sin embargo, esto suele ser una trampa de la percepción, puesto que el ludópata termina por perder todo: su familia, su trabajo, sus relaciones… lo entrega todo.
Y entonces… ¿Qué gana? El premio del ludópata es aquella madre mítica a la que recurrimos cuando nos sentimos decepcionados, en otras palabras, no ha superado ese salto a la realidad y es en el juego en donde intenta crearla.
Tratamiento de la Ludopatía
Partiendo de la mirada psicoanalítica de la ludopatía, para trabajarla como un síntoma que interfiere en la vida cotidiana de una persona, es necesario recurrir a un proceso de Terapia Psicológica.
El tratamiento de la ludopatía requiere una escucha de los procesos inconscientes, que permita leer a quién y para qué entrega el sujeto toda su vida.

El tratamiento terapéutico es fundamental, teniendo en cuenta que en la mayoría de los casos, esta problemática está encubriendo condiciones emocionales y psicológicas que necesitan ser tratadas desde la raíz.
Podemos verlo en el siguiente ejemplo de un caso clínico:
Varón de 26 años, que acudió a consulta por un problema con los videojuegos, ya que comenzaba a jugar y era incapaz de parar.
Dice que así se pasó su juventud, jugando, pero que luego se independizó y dejó de jugar, pero desde hace un tiempo, debido a discusiones con su pareja se ha vuelto a enganchar a este tipo de juegos.
En las consultas mantenidas hasta ahora, refiere que sus padres se separaron cuando el tenía unos catorce años, lo cual supuso un cambio importante en su vida ya que tuvo que renunciar a una serie de cosas. Cambió de colegio, a uno peor, y poco a poco fue dejando la relación con los amigos del otro colegio y aislándose.
Conoció luego a otro amigo que fue quién le enseño a jugar y a partir de ahí se pasó la adolescencia jugando, más o menos aislado. Esto lo hacía, entre otras cosas, porque los fines de semana que le tocaba pasarlos con su padre, no quería ir, ya que mantenía desavenencias con la nueva pareja del padre, lo que hacía que prefiriera quedarse solo en casa jugando.
Ha estado muchos años sin hablarse con su padre, con mucha rabia interior, sin entender bien lo que hacía su padre. Si bien nunca ha discutido con él, ya que dice “lo pasado, pasado está”. Pero en las consultas, constantemente vuelve a ese pasado, a sus enfados, a todo lo que aguantó y lo mal que se portó su padre con su madre, con su hermana y con él.
El concluye que es porque su padre se deja llevar fácilmente, es manejable, etc. Pero no merece la pena decir nada de todo aquello después de tanto tiempo.
Hace un tiempo conoció a su pareja actual y todo fue muy bien hasta que por problemas con el trabajo, el quedar ella embarazada, problemas con la familia de ella, etc. comenzaron las discusiones y la rabia, y debido a esto comenzó nuevamente a jugar.
Esto le ha traído más conflictos con su pareja, que le reprocha que se pasa el día jugando, sin hacerles caso a ella y a la niña.
Él se define como tranquilo, pero con un carácter fuerte que le hace tener prontos, elevar la voz, no dejarse manejar, lo que hace que se enreden en una especie de círculo en el que ninguno de los dos cede y acaban enfadados. Y como no sabe qué hacer se pone a jugar.
En este tiempo que lleva viniendo ha comenzado a controlarse más con el juego, si bien a veces no puede evitar ponerse a jugar, porque considera que este es su refugio.

Todo esto también le ha llevado a plantearse y a elaborar si hay relación, y cuál es el tipo de relación de pareja que tiene. Entre el modo de empezar a jugar hace años, tras la separación de sus padres y en el momento actual, con sus dificultades de pareja, así como entre la rabia que siente ahora y que sentía también con su padre, se tejen puntos en común que son interesantes de analizar.
Rabia contenida en los dos casos, y que como contrapartida de ese “es mejor callarse” y para evadirse de ello se pone a jugar, aunque ahora ya no está tan seguro de ello, ya que se ha dado cuenta de que en la medida que va hablando de esto, que siente y saca los sentimientos que le producen estas situaciones, necesita menos el juego.
Como puedes ver, a partir de una escucha psicoanalítica se pueden encontrar las causas psíquicas, relacionadas con la historia personal de cada sujeto, que llevan a la formación de un síntoma.
Este ejemplo nos permite poner una mirada pscioanalítica sobre la ludopatía, dentro de diferentes estructuras clínicas, y nos abre la puerta a la posibilidad de que a través de un trabajo de elaboración es posible encontrar una solución a ese síntoma.
Bibliografía:
Cocholilo, M. (4 de abril del 2012). Ludopatía, la vida en juego. Marcelo Cocholilo/Psicoanalista.
Recuperado de https://marcelococholilopsicoanalista.blogspot.com/2012/04/ludopatia-la-vida-en-juego.html
Ludopatía, la historia de un amor. Artículos de psicoanálisis Recuperado de https://consultadepsicoanalisisgallego.wordpress.com/2008/11/15/ludopatia-la-historia-de-un-amor/
Ibañez, J.I (21 de octubre del 2009). El juego como evasión. Norte de salud metal. Vol III, (36)
123-128.
Fecha de actualización: (20 de Julio 2022 KA)
Mi nombre es Carmen y estoy buscando ayuda psicológica para mi esposo que es Ludópata.
Podrían recomendarme alguien con muchos años de experiencia.
El quiere la ayuda, sabe que solo no va a lograr salir adelante, está dando un paso muy importante espero su respuesta, Muchas gracias!
¡Buenos días Carmen!
Muchas gracias por comunicarte con nosotros. Buscar ayuda es el primer paso. Puedes comunicarte para recibir asesoría, encontrar el Psicólogo adecuado y agendar tu cita, a través de nuestro WhatsApp, siguiendo este link: https://bit.ly/2SsPqU6