Resistencia e Intensidad
Resistencia e Intensidad: La resistencia cambia constantemente de intensidad, debido a que aumenta siempre que se aborda un tema nuevo, y alcanza su grado máximo en el momento más interesante de la elaboración del mismo y baja de nuevo al quedar agotado.
Freud indica que a lo que nunca se ha llegado es a provocar el máximo de resistencia de que el enfermo es capaz, a menos de haber incurrido en graves errores de técnica.
De igual forma, el paciente abandona y vuelve a adoptar su actitud crítica un número incalculable de veces durante el curso del tratamiento.
De esta manera, cuando se a logrado atraer a la conciencia un nuevo fragmento, particularmente penoso, del material ICc, el criticismo alcanza su más alto grado y todo lo que se había llegado a aceptar y comprender de la teoría, queda anulado en un instante, siendo que puede llegar incluso a un cuadro completo de imbecilidad afectiva.
Sin embargo, si se logra ayudársele a vencer esa resistencia, recobraría el dominio sobre sus ideas y su facultad de comprender; por tanto su critica no es una función independiente y digna de respeto, sino un arma de situación afectiva dirigida por su resistencia.
Siendo que, contra aquello que no le conviene se defiende con ingenio y gran espíritu crítico, pero da muestras de mayor y más ingenua credulidad cuando se trata de aceptar algo que se acomoda a sus intenciones.
Ahora bien, estas fuerzas que se oponen a la modificación del estado patológico, deben ser las mismas, según Freud, que anteriormente hubieron de provocarlo.
Así, durante la construcción de sus síntomas, algo debió de tener lugar, ya que ahora, en análisis, se puede reconstruir de las propias experiencias durante la resolución del síntoma.