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Los pensamientos intrusivos son pensamientos involuntarios e incontrolables que surgen en la mente de una persona y que pueden resultar perturbadores, angustiantes o incluso alarmantes.
Estos pensamientos suelen ser considerados como inapropiados o inaceptables por la persona que los experimenta, lo que puede generar sentimientos de culpa, ansiedad o vergüenza. Aunque estos pensamientos son comunes y pueden ocurrirle a cualquier persona, algunas personas pueden experimentarlos con mayor frecuencia o intensidad, lo que puede afectar significativamente su calidad de vida.
En este artículo exploraremos en profundidad qué son los pensamientos intrusivos, qué los causa y cómo se pueden manejar de manera efectiva.
¿Qué son los pensamientos intrusivos?
¿Alguna vez has experimentado pensamientos involuntarios e inquietantes que parecen surgir de la nada y que no puedes controlar? Es posible que hayas experimentado lo que se conoce como pensamientos intrusivos. Estos pensamientos pueden ser de cualquier tipo, desde pensamientos violentos o sexuales hasta pensamientos sobre la muerte o la enfermedad. Lo que los hace diferentes de los pensamientos normales es que a menudo son indeseados y no representan tus verdaderos deseos o valores.

Los pensamientos intrusivos pueden ser muy perturbadores e incluso angustiantes para algunas personas. Pueden hacer que te sientas avergonzado o culpable por pensar en algo que no quieres pensar, o pueden hacerte sentir ansioso o deprimido. Es importante tener en cuenta que estos pensamientos son comunes y que no eres la única persona que los experimenta.
A veces, este tipo de pensamientos pueden ser un síntoma de un trastorno de ansiedad o de una enfermedad mental, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC). Si sientes que los pensamientos intrusivos están afectando significativamente tu vida, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental.
En general, es importante recordar que los pensamientos intrusivos son normales y no son un reflejo de quién eres como persona. Aprender a reconocerlos y manejarlos de manera efectiva puede ayudarte a vivir una vida más feliz y saludable.
¿Cuáles son los tipos de pensamientos intrusivos?
Existen varios tipos de pensamientos intrusivos que pueden afectar a las personas de diferentes maneras. Algunos de los tipos más comunes incluyen:
- Pensamientos violentos: Estos pensamientos pueden implicar actos violentos o agresivos hacia uno mismo o hacia otros.
- Pensamientos sexuales: Estos pensamientos pueden ser de naturaleza sexual y pueden involucrar actos o deseos sexuales inapropiados o no deseados.
- Pensamientos de autolesión: Estos pensamientos pueden implicar hacerse daño a sí mismo de alguna manera, como cortarse o quemarse.
- Pensamientos religiosos: Estos pensamientos pueden involucrar cuestiones religiosas y pueden incluir pensamientos blasfemos o sacrílegos.
- Pensamientos sobre la muerte o la enfermedad: Estos pensamientos pueden implicar miedo a la muerte o a enfermar gravemente, así como la preocupación por la salud de uno mismo o de los demás.
- Pensamientos sobre la culpa: Estos pensamientos pueden implicar sentimientos de culpa o vergüenza por algo que se ha hecho o no se ha hecho en el pasado.
Es importante tener en cuenta que estos tipos de pensamientos no son exhaustivos y que cualquier tipo de pensamiento indeseado o inapropiado puede ser considerado como un pensamiento intrusivo.

Si los pensamientos intrusivos están afectando significativamente tu vida, es importante buscar ayuda de un Psicólogo o Psicoanalista para aprender a manejarlos de manera efectiva.
Causas de los pensamientos intrusivos
Las causas de este tipo de pensamientos no están completamente entendidas, pero se cree que pueden estar relacionadas con:
- Ansiedad: Los pensamientos intrusivos pueden ser causados por la ansiedad o el estrés. Cuando estamos ansiosos, nuestro cerebro puede generar pensamientos negativos y preocupantes que son difíciles de controlar.
- Trauma: Las personas que han experimentado un trauma pueden tener pensamientos intrusivos relacionados con el evento traumático. Estos pensamientos pueden ser persistentes y difíciles de ignorar.
- Trastornos obsesivos-compulsivos (TOC): Los pensamientos intrusivos son un síntoma común del TOC. Las personas con TOC pueden experimentar pensamientos obsesivos que los hacen sentir ansiosos o incómodos, y pueden sentir la necesidad de realizar compulsiones para aliviar su ansiedad.
- Depresión: La depresión también puede causar pensamientos intrusivos. Las personas deprimidas pueden tener pensamientos negativos sobre sí mismos, el mundo y el futuro que son difíciles de controlar.
- Uso de drogas o alcohol: El consumo de drogas o alcohol puede alterar el funcionamiento del cerebro y causar pensamientos intrusivos.
- Trastornos de ansiedad: Algunos trastornos de ansiedad, como el trastorno de ansiedad generalizada (TAG) o el trastorno de estrés postraumático (TEPT), pueden causar pensamientos intrusivos.
Es importante destacar que no todas las personas que experimentan estos pensamientos tienen un trastorno mental.

Los pensamientos intrusivos son comunes y pueden ser experimentados por cualquier persona en algún momento de su vida.
Los pensamientos intrusivos desde una perspectiva psicoanalítica
Desde una perspectiva psicoanalítica, los pensamientos intrusivos se consideran una manifestación de los conflictos inconscientes que existen dentro de la mente del individuo. En términos psicoanalíticos, los pensamientos intrusivos pueden ser interpretados como síntomas de un conflicto psicológico no resuelto que se manifiesta en la conciencia.
Según la teoría psicoanalítica, estos pensamientos pueden tener su origen en experiencias infantiles tempranas que no se han resuelto adecuadamente. Por ejemplo, si un niño experimentó una situación traumática en su infancia, como el abuso físico o emocional, es posible que tenga pensamientos intrusivos relacionados con esa experiencia en la edad adulta. Estos pensamientos pueden ser una forma de procesar y tratar de resolver el trauma subyacente que no ha sido procesado adecuadamente.
La perspectiva psicoanalítica también destaca la importancia de la represión y la resistencia en la aparición de los pensamientos intrusivos. Según esta teoría, estos pensamientos pueden ser el resultado de intentos fallidos del inconsciente para mantener contenido psicológico reprimido fuera de la conciencia. Por ejemplo, si una persona ha reprimido un deseo sexual inapropiado hacia un amigo cercano, es posible que experimente pensamientos intrusivos sobre esa persona de vez en cuando.

En la terapia psicoanalítica, se utiliza la técnica de asociación libre para ayudar al paciente a explorar los pensamientos y su posible origen. En esta técnica, el paciente se sienta cómodamente y habla libremente sobre cualquier pensamiento, imagen o sentimiento que venga a su mente. El terapeuta ayuda al paciente a analizar los patrones de pensamiento subyacentes y las conexiones entre los pensamientos intrusivos y las experiencias pasadas. Al hacerlo, el paciente puede comenzar a comprender y procesar el conflicto psicológico subyacente que está causando los pensamientos intrusivos.
En resumen, desde una perspectiva psicoanalítica, este tipo de pensamientos se consideran una manifestación de conflictos psicológicos subyacentes que no se han resuelto adecuadamente. La terapia psicoanalítica puede ser útil para ayudar a los pacientes a explorar los patrones de pensamiento subyacentes y procesar los conflictos inconscientes que están causando estos pensamientos.
¿Cómo se siente una persona con pensamientos intrusivos?
Te sientes atrapado en una lucha constante en tu propia mente. Los pensamientos intrusivos te invaden, te hacen sentir incómodo y a menudo te hacen sentir como si fueras una mala persona. A veces, te sorprendes a ti mismo pensando en cosas terribles, violentas o sexuales, cosas que sabes que no eres. Te sientes atrapado en un ciclo interminable de pensamientos que no puedes controlar.
A menudo, también es común que te encuentras evitando situaciones o personas que puedan desencadenar estos pensamientos intrusivos. Evitas mirar ciertas cosas, hablas menos y evitas cualquier cosa que pueda hacerte sentir incómodo. En algunos casos, incluso has dejado de hacer cosas que antes disfrutabas porque te preocupaba que pudieran desencadenar pensamientos intrusivos.
Te sientes solo y aislado en tu propia mente. Te sientes como si nadie pudiera entender lo que estás pasando, ni siquiera puedes explicarlo adecuadamente a aquellos que te importan. Te sientes como si estuvieras loco o perdiendo el control de tu mente.

Pero no estás solo en esto. Los pensamientos intrusivos son más comunes de lo que piensas, y hay ayuda disponible. No tienes que enfrentar esto solo. La terapia puede ser útil para aprender a manejar los pensamientos intrusivos y abordar los problemas subyacentes que los causan. También hay estrategias que puedes utilizar por tu cuenta, como la meditación o la atención plena, para ayudarte a controlar estos pensamientos.
Recuerda, tener pensamientos intrusivos no te hace una mala persona y no definen quién eres como ser humano. Puedes superar esto y vivir una vida plena y satisfactoria. Lo importante es buscar ayuda y no dejar que estos pensamientos te controlen.
Consecuencias de los pensamientos intrusivos
Experimentar este tipo de pensamientos, además de ser angustiante, puede tener varias consecuencias negativas para una persona. Aquí hay algunas de las posibles cosas que estos pensamientos pueden desencadenar en una persona:
- Ansiedad: Este tipo de pensamientos a menudo están asociados con la ansiedad, ya que pueden hacer que una persona se sienta inquieta, nerviosa e incómoda. La ansiedad puede ser intensa y dificultar la realización de tareas cotidianas, e incluso puede ir escalando hasta situarse en alguno de los Trastornos de Ansiedad.
- Depresión: Este tipo de pensamientos también pueden llevar a una persona hasta la depresión, debido a que puede sentirse impotente y desesperada por no poder controlar sus pensamientos. La depresión puede hacer que una persona se sienta triste, sin esperanza y sin energía.
- Problemas de concentración: Estos pensamientos también pueden ser muy distractores y dificultar la concentración en las tareas cotidianas. Una persona puede tener dificultades para concentrarse en el trabajo o en la escuela, lo que puede afectar negativamente su rendimiento.
- Problemas en las relaciones interpersonales: Las personas con tendencia a este tipo de pensamientos, pueden sentirse incómodas en situaciones sociales y evitar interactuar con otras personas. Esto puede llevar a la soledad y a problemas en las relaciones interpersonales.
- Baja autoestima: Los pensamientos intrusivos pueden hacer que una persona se sienta mal consigo misma y se juzgue con dureza. Esto puede afectar negativamente la autoestima y la autoimagen.
- Comportamientos compulsivos: Algunas personas pueden desarrollar comportamientos compulsivos para lidiar con sus pensamientos intrusivos, como la limpieza excesiva o el chequeo repetido. Estos comportamientos pueden interferir en la vida diaria y afectar negativamente la calidad de vida.
Es importante tener en cuenta que estas son posibles consecuencias de los pensamientos intrusivos y que cada persona puede experimentarlas de manera diferente.
¿Cómo calmar los pensamientos intrusivos?
Calmar los pensamientos intrusivos puede ser un desafío, pero hay varias estrategias que pueden ayudarte a lidiar con ellos de manera efectiva.

Aquí te presentamos algunas opciones:
Practica la atención plena:
La atención plena es una técnica que puede ayudarte a entrenar tu mente para estar presente en el momento actual y a observar tus pensamientos sin juzgarlos. Cuando sientas que tus pensamientos intrusivos se están apoderando de tu mente, intenta concentrarte en tu respiración o en alguna otra cosa en el momento presente. Al hacerlo, es posible que puedas reducir la intensidad de los pensamientos intrusivos.
Haz ejercicio físico:
Hacer ejercicio regularmente puede ayudarte a reducir el estrés y la ansiedad, lo que a su vez puede ayudar a calmar los pensamientos intrusivos. Incluso una caminata rápida puede ayudar a reducir la intensidad de los pensamientos.
Practica la relajación:
La relajación puede ayudarte a reducir la tensión en tu cuerpo y a reducir la intensidad de los pensamientos intrusivos. La meditación, el yoga y la respiración profunda son técnicas de relajación que puedes practicar para ayudar a calmar tu mente.
Escribe tus pensamientos:
A veces, escribir tus pensamientos puede ayudarte a procesarlos y a reducir su intensidad. Trata de escribir todo lo que sientes y piensas, sin juzgarlo o censurarlo. Una vez que hayas escrito tus pensamientos, puedes leerlos y reflexionar sobre ellos para tratar de entender por qué están ocurriendo.
Busca ayuda profesional:
Si tus pensamientos intrusivos son graves y te están causando angustia significativa, es posible que desees considerar buscar ayuda profesional. Un psicólogo o psiquiatra puede ayudarte a abordar los problemas subyacentes que están causando los pensamientos intrusivos y a desarrollar estrategias efectivas para manejarlos.

La psicoterapia puede ser una herramienta efectiva para controlar los pensamientos intrusivos. Algunos de los beneficios de la psicoterapia para manejar los pensamientos intrusivos pueden incluir:
- Identificar patrones de pensamiento: En la terapia, una persona puede trabajar con un terapeuta para identificar patrones de pensamiento negativos y poco saludables que pueden estar contribuyendo a los pensamientos intrusivos. Identificar estos patrones puede ayudar a una persona a entender mejor por qué están ocurriendo los pensamientos y a desarrollar estrategias para controlarlos.
- Aprender habilidades de afrontamiento: Un terapeuta puede enseñar a una persona técnicas y habilidades de afrontamiento para controlar los pensamientos intrusivos. Estas habilidades pueden incluir la meditación, la atención plena y otras técnicas de relajación que pueden ayudar a reducir la intensidad de los pensamientos.
- Cambiar patrones de comportamiento: En la terapia, una persona puede trabajar para cambiar patrones de comportamiento que pueden estar contribuyendo a los pensamientos intrusivos. Por ejemplo, si una persona tiene comportamientos compulsivos, un terapeuta puede ayudar a identificar los desencadenantes y desarrollar estrategias para controlarlos.
- Reducción de la ansiedad: La terapia también puede ayudar a reducir la ansiedad que puede estar asociada con los pensamientos intrusivos. Al abordar los problemas subyacentes y aprender habilidades de afrontamiento efectivas, una persona puede reducir su nivel de ansiedad y sentirse más cómoda en situaciones que antes le resultaban incómodas.
- Mejora de la calidad de vida: Al aprender a controlar los pensamientos intrusivos, una persona puede mejorar su calidad de vida en general. Puede sentirse más en control de su mente y de sus pensamientos, lo que puede llevar a una mayor sensación de bienestar y felicidad.
Es importante tener en cuenta que los beneficios de la psicoterapia pueden variar según la persona y el tipo de terapia que se utilice. Sin embargo, muchos estudios han demostrado que la terapia puede ser una herramienta efectiva para controlar los pensamientos intrusivos y mejorar la calidad de vida de una persona.
Recuerda que lidiar con pensamientos intrusivos puede ser un proceso gradual y lleva tiempo. No te desanimes si no ves resultados inmediatos. Con el tiempo y la práctica, puedes aprender a controlar tus pensamientos y a reducir su intensidad.
Si necesitas ayuda para lidiar con tus pensamientos, comunícate con nuestro Equipo Administrativo y encuentra un Psicólogo especializado en tus necesidades.
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Fecha de actualización: (03 Abril 2023 KA)